¿Cómo funcionan los placebos?

Publicado por admibio en

Gracias a exhaustivos estudios científicos y al avance de la tecnología, existen cada vez más fármacos y tratamientos médicos que ayudan a combatir muchas de las enfermedades que afectan al ser humano. A pesar de esto, muchas pseudociencias ofrecen alternativas «efectivas» mucho más económicas, rápidas y accesibles. ¿Cómo es que algo cuya eficacia no está comprobada puede ayudar a mejorar la salud de las personas?

¿Qué es un placebo?

Un placebo es una sustancia o tratamiento que no posee verdaderas propiedades curativas pero que luego de administrarse parece tener influencia positiva en la salud de las personas. Los placebos no tienen respaldo médico porque su efectividad se basa en las opiniones y testimonios de quienes los utilizan y no está científicamente comprobada.

Biologicamente, ningún placebo beneficia al organismo. Esto se debe a que están conformados únicamente por sustancias inertes, las cuales no contribuyen con ninguna reacción química o metabólica ventajosa para el cuerpo.

Todas las formas de medicina alternativa y los tratamientos respaldados por pseudociencias (especialmente la pseudomedicina) pueden considerarse placebos.

¿Qué diferencia a un placebo de un medicamento?

A diferencia de los medicamentos, los placebos carecen de principios activos, los compuestos responsables de generar reacciones fisiológicas verdaderamente efectivas contra enfermedades. Además, los medicamentos son sometidos a un ensayo clínico que comprueba su eficacia antes de ser comercializados y los placebos no.

Un ensayo clínico es un estudio en el que se evalúa y determina la eficacia y seguridad de un medicamento, tratamiento o producto en base al método experimental y a ciertos estándares farmacológicos. Los medicamentos o fármacos cuentan con respaldo médico/ científico una vez que el ensayo clínico haya dado pruebas concluyentes.

Para que un medicamento pueda ser recetado por un profesional de la salud debe estar certificado por la OMS (Organización Mundial de la Salud), la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), la EMS (Agencia Europea de Medicamentos) y/o los ministerios, organizaciones, agencias e institutos competentes de cada país. Esto sólo ocurre luego de haberse comprobado su efectividad en un laboratorio.

Los placebos y las prácticas de medicina alternativa no son considerados tratamientos funcionales, razón por la cual no se ofrecen en clínicas, farmacias u hospitales. Esto se debe a que su efectividad está respaldada por psudociencias, incompatibles con el ensayo clínico y el método científico.

¿Qué es el efecto placebo?

Se conoce como efecto placebo al conjunto de resultados positivos derivados de la aplicación de un placebo. Los placebos funcionan gracias a la esperanza y al deseo de mejorar de las personas, así que su eficacia depende de sus expectativas y de cuanto creen que realmente ayudará a aliviar o sanar sus padecimientos.

¿Y el efecto nocebo?

Contrario al efecto placebo, el efecto nocebo es el nombre que recibe el conjunto de resultados negativos derivados de la aplicación de una sustancia farmacologicamente inerte. Esto se traduce en una serie de síntomas dolorosos y desagradables que aparecen en pacientes a los que se les administraron productos inactivos (por ende, inofensivos). Ocurre debido a la predisposición y expectativas pesimistas de las personas, quienes fueron falsamente advertidas de las consecuencias negativas que conllevaría ingerir cierta sustancia o someterse a cierto tratamiento.

¿Cómo es que funcionan los placebos?

A pesar de que no tienen principio activo ni fundamento científico los placebos parecen funcionar. ¿Cómo es esto posible?

Gracias al optimismo de una persona, sustancias o tratamientos farmacologicamente ineficaces parecen contribuir con su bienestar. Esto se debe a que la acción de ingerir un «medicamento» o someterse a un «tratamiento» genera una respuesta psicológica que precede a una respuesta corporal. En resumidas cuentas, se trata de reacciones psicofisiológicas.

Cuando una persona cree que está obrando en pro de su salud, está convencida de que conseguirá frutos. Surgen emociones positivas como felicidad, optimismo e ilusión y el cerebro libera ciertos neurotransmisores: dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas. Estas sustancias generan placer y ayudan a combatir el dolor físico, lo que sugiere que la eficacia de los placebos está ligada a su capacidad de modificar la percepción del dolor de las personas.

El dolor es algo subjetivo. Recordemos que no todas las personas perciben el dolor de la misma manera y hay quienes son mucho más sensibles a los estímulos. Para quienes tienen un umbral de dolor bajo, existen ciertas acciones que pueden aumentar su tolerancia, por ejemplo, concentrarse en su respiración, escuchar música o comer algo de su agrado. Todas estas actividades suponen una experiencia positiva o una distracción para la persona, lo que hace que no se concentre únicamente en el dolor que está sintiendo. En el caso de los placebos, son los neurotransmisores que secreta el cerebro (dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas) los que apaciguan el dolor.

Existen placebos cuya eficacia está atribuida a su capacidad de reducir la tensión física y mental. En otras palabras, realmente ayudan a las personas a relajarse y disminuir su dolor físico, pero no de la manera que prometen. Como ejemplos se tienen a la acupuntura, la quiropraxia, los masajes y la meditación, que son tratamientos que genuinamente estimulan el sistema nervioso central, mejoran la circulación, ayudan a corregir la postura, relajar los músculos, disminuir el estrés, la ira y la ansiedad. Sin embargo, no retrasan ni detienen la continuidad de ninguna enfermedad degenerativa, no mejoran el sistema inmunitario, no erradican tumores, no rejuvenecen las células del cuerpo, no disminuyen las reacciones alérgicas, no mejoran las funciones cognitivas, no ayudan a adelgazar y no curan la paraplejía, la diabetes, la ceguera, los problemas tiroideos, la distrofia muscular, la osteoporosis, la artrosis, la artritis ni ningún tipo de cáncer.

Los placebos pueden aliviar síntomas superficiales como el malestar general debido a que convencen a la persona de que en realidad funcionan, la distraen del dolor que está sintiendo y/o le generan tranquilidad y la ayudan a relajarse.

Factores que determinan la efectividad de un placebo

Un placebo no genera ningún impacto positivo en una persona si esta no está convencida de que va a serle de utilidad gracias a sus «propiedades curativas». Esto quiere decir que si alguien que se encuentra enfermo sabe que está consumiendo un placebo (sustancia inerte), el tratamiento no supondrá ninguna mejoría en él. Esto ha sido comprobado innumerables veces mediante estudios doble ciego.

Además, se ha demostrado que un placebo tiene mayor «efectividad» cuando:

  • Tiene un alto costo y es exclusivo: al parecer, mientras más costoso y exótico es un placebo, más fe se tiene en él.
  • Es inyectable y tiene colores vivos: en orden de demanda y «eficacia», los placebos inyectables y las cápsulas de colores vistosos son más «efectivos» que las pomadas y los comprimidos.
  • Es popular: las personas que escuchan referencias positivas sobre algo quieren probarlo y tienden a formular buenas opiniones una vez que lo consumen.
  • Requiere una inversión significativa de tiempo: mientras se asistan a más sesiones de terapia o se ingieran más pastillas, la sensación de bienestar parece ser mayor.

Estudio doble ciego

Es un estudio que se realiza comparando medicamentos con placebos para comprobar su nivel de efectividad y sus posibles efectos secundarios. Es una herramienta empleada en los ensayos clínicos que consiste en elegir dos grupos de personas en los que todos los integrantes tengan el mismo padecimiento, y suministrar a un grupo un medicamento y al otro grupo un placebo. Ni los investigadores ni los participantes saben a cual grupo se le suministro el medicamento y a cual grupo se le suministró el placebo, lo que permite que los resultados del estudio y su interpretación no estén influenciados por la intuición, perspectiva u opinión personal de los integrantes del experimento. Pasado un tiempo, se hace un chequeo general a cada paciente y se evalúa su nivel de mejoría.

Mediante los estudios doble ciego se ha comprobado que los placebos no son efectivos contra enfermedades y dolencias, ya que en comparación a quienes si reciben tratamientos reales, los pacientes que ingieren placebos no presentan mejoría.

Ejemplos de placebos

  • Acupuntura: terapia que consiste en la inserción de agujas finas en puntos estratégicos del cuerpo: los meridianos.
  • Acupresión: terapia que consiste en la aplicación de presión en puntos estratégicos del cuerpo: los meridianos.
  • Bebidas y suplementos para quemar grasas: sustancias comestibles que ayudan a adelgazar quemando la grasa corporal innecesaria.
  • Biorretroalimentación: se enseña a las personas a controlar por medio de su mente ciertas funciones biológicas involuntarias como el ritmo cardíaco, la tensión, la actividad muscular, la sudoración y la temperatura corporal.
  • Cápsulas y comprimidos falsos: son pastillas hechas de azúcar o sustancias inertes que no aportan ningún beneficio al cuerpo.
  • Cirugías simuladas: son cortes superficiales o poco profundos que se realizan en la piel y se suturan para simular una operación.
  • Curación por la fe: se busca la mejoría física por medio de rezos y rituales religiosos.
  • Dianética: se basa en controlar el dolor físico mediante el instinto de supervivencia y la convicción mental.
  • Feng Shui: consiste en distribuir de manera armoniosa los objetos de un determinado espacio con el fin de influir positivamente en la salud física y mental de las personas.
  • Hipnosis: se hipnotizan personas para programar algunas de sus funciones biológicas subconscientemente y ayudar a combatir o erradicar enfermedades.
  • Homeopatía: los homeópatas alegan que sustancias que enferman a personas sanas, sanarán a personas enfermas.
  • Inyecciones, sueros, inhaladores y pomadas falsas: están hechas de soluciones salinas y sustancias inertes, por lo que no aportan ningún beneficio al cuerpo.
  • Medicina tradicional china: se atribuye la salud física, mental y emocional al chi, el ying y el yang. Para regular y equilibrar la energía, se emplean prácticas como la acupuntura, fitoterapia, dietoterapia, diversos masajes y preparaciones milagrosas hechas a base de ingredientes exóticos como cuernos de rinoceronte, huesos de tigre y aletas de tiburón.
  • Naturopatía: se promueve la auto-curación mediante la ingesta de sustancias de origen 100% natural y se complementa con otras formas de medicina alternativa como la acupuntura, homeopatía u ozonoterapia. Se rechaza el uso de vacunas, medicamentos comerciales y cirugías.
  • Ozonoterapia: se ingresa al cuerpo una mezcla de ozono y oxígeno (casi siempre por vía intravenosa) para saturar de oxígeno el organismo y tratar enfermedades como el VIH y el cáncer.
  • Parches, vendajes y yesos simulados: se colocan en zonas específicas del cuerpo sin ser necesarios.
  • Quiropraxia: mediante masajes, se intenta corregir anomalías en el sistema musculoesquelético (especialmente la columna vertebral) con la creencia de que influyen negativamente en el sistema nervioso y son la raíz de la mayoría de las enfermedades.
  • Reiki: a través de la imposición de manos, el especialista transfiere reiki o «energía universal» al paciente y le ayuda a sanar sus dolencias físicas y emocionales.
  • Terapias con flores de Bach: son preparados naturales hechos a base de licores y flores de diversas especies que prometen curar malestares emocionales.
  • Terapia magnética: se someten ciertas partes del cuerpo a campos magnéticos porque se dice que tienen efectos positivos para la salud.
  • Ventosaterapia: terapia que promete aliviar enfermedades como el acné, la fiebre, la anemia o la hipertensión mediante el empleo de ventosas húmedas y calientes que succionan porciones de piel.

Utilidad de los placebos

Además de ser necesarios para llevar a cabo los estudios doble ciego, los placebos pueden representar una mejoría real en la salud de los pacientes. Si bien, por si solos no son de mucha utilidad, pueden ser el complemento perfecto de tratamientos avalados por ciencias de la salud.

Las personas con enfermedades crónicas suelen tener pensamientos pesimistas y caer en depresión. En este caso, además de recibir su respectiva medicación, se les recomienda tomar alguna terapia de medicina alternativa que les permita relajarse, eliminar la ansiedad y ser más optimistas con respecto a su condición. Se ha estudiado el efecto que tiene la mente sobre el cuerpo y se ha determinado que quienes tienen mayor receptividad a la sanación presentan mejores resultados ante los medicamentos y tratamientos.

Para los hipocondríacos, los placebos son la solución perfecta para sobrellevar su condición. Debido a su necesidad excesiva de mantenerse saludables, las personas hipocondríacas pueden llegar a consumir medicamentos que no necesitan y que, contrario a lo que buscan, perjudican su salud. Algunos hipocondriacos o familiares de hipocondriacos piden a sus doctores que les receten placebos para disminuir su ansiedad sin afectar a su organismo.

Los placebos que involucran el tacto son verdaderamente efectivos para reducir la ansiedad, el estrés, el decaimiento, la fatiga y la tensión muscular, mejorar la circulación y corregir la postura. Los estímulos sensoriales positivos consecuentes de terapias físicas como la quiropraxia, los masajes, la meditación y la acupresión resultan terapéuticos para quienes padecen enfermedades relacionadas al estado anímico.

Dicho esto, algunas formas de medicina alternativa son muy útiles a la hora de tratar la depresión, baja autoestima, estrés post-traumático, trastorno de pánico, nerviosismo, fatiga, autismo, disfunción eréctil, problemas para concebir, estreñimiento, adicciones a las drogas, insomnio, migraña, fibromialgia, dolores de cabeza frecuentes, dolores lumbares, lesiones musculares, lesiones esqueléticas, osteoporosis, artritis, Parkinson, síndrome del túnel carpiano, síndrome del intestino irritable, arritmia, asma, tartamudez, alopecia temporal, dolores de labor de parto, entre otros.

Debate ético

Muchas personas consideran que los placebos son fraudes. Se sienten estafados al consumir productos o servicios que prometen soluciones milagrosas a dolores o enfermedades y que al final resultan ser inútiles. Quienes promocionan estos productos o practican estas terapias son despectivamente llamados quacks (proveniente de quackery) o charlatanes.

Los profesionales de la salud temen que cada vez más personas optan por tratar sus enfermedades con medicina alternativa y dejan de acudir a clínicas y hospitales con especialistas que verdaderamente ayudarán a mejorar su condición. La falsa información es peligrosa.

Los placebos, además, violan los derechos del consumidor al no proporcionar información verídica sobre que está ingiriendo o a que se está sometiendo.

Muchos practicantes de la medicina alternativa no están correctamente capacitados y pueden llegar a causar daños irreversibles en la salud de sus clientes. La ingesta de una sustancia tóxica, una inyección mal aplicada o ejercer presión en un lugar erróneo puede ser fatal.

Algunos procedimientos asociados a la medicina tradicional china utilizan partes del cuerpo de animales en peligro de extinción para preparar infusiones, pomadas o soluciones inyectables, a pesar de que se ha demostrado en numerosas oportunidades que no poseen propiedades curativas. Comprar estos productos financia la caza furtiva, la deforestación y la extinción de especies.

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