Monogamia animal

Publicado por admibio en

En la cultura occidental, la monogamia es considerada la base de la familia tradicional. Diversos estudios han demostrado que es vital en las relaciones de pareja porque ayuda a fortalecer la confianza, el apego y la proyección a futuro de sus miembros.

En el caso de los animales no humanos, la monogamia es más una necesidad biológica que una aspiración emocional.

En biología, se entiende como monogamia a la relación sexual exclusiva que se da entre dos miembros de una misma especie, un macho y una hembra. No obstante, no todas las parejas son 100% monógamas, pues a pesar de que ambos se mantienen juntos y colaboran en la procreación y crianza de la descendencia, suelen tener otras parejas sexuales «extra maritales«. En estos casos sería más apropiado definir a la monogamia como el vínculo que existe entre una pareja de la misma especie, que conlleva cierta exclusividad sexual y una responsabilidad compartida en las labores de paternidad.

La monogamia puede ser temporal o permanente, dependiendo de si dura sólo una temporada de apareamiento (monogamia serial) o toda la vida (monogamia permanente).

Las relaciones monógamas en los animales no son producto de una aspiración emocional o una construcción social, como ocurre con los seres humanos. Aquí no existe el romanticismo y las creencias personales y religiosas no determinan el comportamiento de los individuos. En todas las especies, las conductas sexuales y reproductivas son iguales para toda su población. Esto se debe a la codificación genética de cada individuo, que dicta a manera de instinto como deben comportarse.

Monogamia social y monogamia sexual

Como se dijo anteriormente, no todas las parejas son 100% monógamas. Dependiendo del tipo de exclusividad que posea, una pareja puede ser monógama social o monógama sexual.

En la monogamia social la pareja se mantienen unida para engendrar, alimentar, proteger y educar a su descendencia. Cohabitan (ya sea en el mismo nido, la misma madriguera, la misma cueva, etc.), se reparten las labores de crianza y mantienen cierta exclusividad sexual, que no es total.

Esa exclusividad sexual a medias se debe a que las cópulas extra- pareja son muy comunes. Hay especies que incluso se tornan agresivas con sus parejas al enterarse de que estas copularon con otros individuos. Se han hecho estudios genéticos a polluelos de un mismo nido de cisnes negros y pingüinos papúa (aves que se consideraban estrictamente monógamas) y se descubrió que un buen porcentaje de las crías tenían un material genético diferente al del que se creía que era su padre, lo que significa que la hembra fue fecundada por otro macho.

En la monogamia sexual o monogamia estricta existe una exclusividad sexual total. La pareja además de cohabitar y repartirse las labores de crianza, también es 100% fiel, lo que significa que el 100% de la descendencia posee ADN de ambos padres. Este tipo de monogamia es común en las especies que se aíslan para criar y que debido a su baja densidad poblacional no se les presenta la oportunidad de aparearse con otro individuo diferente a su pareja.

Monogamia facultativa

Es aquella que se da en condiciones específicas. Existen individuos que pueden o no ser monógamos y pueden o no participar en la crianza de su descendencia dependiendo de si existen o no otras parejas sexuales a su disposición. Por lo general es la hembra quien suele encargarse del cuidado y la alimentación de las crías y el apoyo del macho es opcional, no indispensable.

Monogamia en serie y monogamia permanente

Dependiendo de la cantidad de tiempo que una pareja permanezca unida, puede ser monógama serial o monógama permanente.

En la monogamia serial o monogamia en serie la pareja se mantiene unida sólo durante el apareamiento, el nacimiento y la crianza de la prole. Esto significa que tanto macho como hembra tendrán numerosas parejas sexuales consecutivas a lo largo de su vida, aunque sólo una por vez. Una vez termina un ciclo de reproducción y crianza, entran en uno nuevo con otra pareja. Las nutrias gigantes, los búhos reales y las palomas domésticas son monógamos seriales.

En la monogamia permanente, la pareja se mantiene unida durante toda la vida de uno o ambos miembros. Esto supone que no sólo se reúnen para engendrar, sino que desarrollan vínculos de por vida. Hay especies que al morir su pareja consiguen una nueva, pero de no ser así la mantienen por siempre, como es el caso de los castores y los guacamayos azul y amarillo. En cambio, hay otras especies que mueren de tristeza o por inanición voluntaria cuando pierden a su pareja, como es el caso de los periquitos australianos y las grullas sarus.

Las bases de la monogamia animal

Resumidamente, la monogamia ocurre con el fin favorecer la preservación de las especies. Los animales forman relaciones monógamas como un mecanismo de crianza para asegurarse de que su descendencia logre alcanzar la madurez, ya que el cuidado y la protección de dos padres es más efectivo que el de sólo uno

Diferentes de los humanos, los animales no tienen convenciones sociales, religiones, creencias ni la capacidad de elegir un estilo de vida sobre otro en pro de sus gustos y deseos personales. Ellos simplemente siguen sus instintos y priorizan sus necesidades básicas: comer, dormir, excretar y reproducirse. Si bien hay especies con alto coeficiente intelectual, nunca llegan a igualar el nivel del ser humano, y por ende sus razones para emparejarse y ser monógamos no son las mismas que las nuestras.

Se sabe que las especies animales sociales necesitan de constantes estímulos y de la compañía de sus iguales para no deprimirse, lo que supone la existencia de emociones y anhelos. Animales como las vacas, los perros, los delfines, los elefantes, los loros y los cerdos forjan lazos de amistad con otros animales (de su misma especie y de especies diferentes), experimentan felicidad y excitación al realizar actividades que disfrutan y desarrollan una profunda afinidad con sus dueños. A pesar de esto, no conocen los conceptos «aceptación social», «planificación familiar», «respeto en una relación», «relación saludable», «paternidad responsable», «derechos y deberes familiares» o «fidelidad», así que sus motivos para ser monógamos no tienen nada que ver con romanticismo, psicología o cultura.

Las aves son el máximo exponente de la monogamia en el mundo animal, alcanzando un increíble 90% de especies monógamas. Esto se debe principalmente a que se necesita del esfuerzo de ambos padres para buscar alimento, empollar los huevos y cuidar a los polluelos una vez nacen. El macho y la hembra cooperan de manera dinámica para poder cuidar a sus crías y asegurar que al menos una llegue a la edad adulta.

En los pingüinos, por ejemplo, el macho y la hembra se turnan para ir a pescar y empollar los huevos. El que va de pesca se encarga de traer alimento suficiente para si mismo y para su pareja, que se queda cuidando el nido que ambos construyeron. Los cisnes, gansos, águilas reales, cóndores, lechuzas, tórtolas, albatros, guacamayos, buitres, gorriones, halcones peregrinos y todas las especies de agapornis también son monógamos.

En los mamíferos la monogamia es una práctica muy poco común: solo entre el 5 y 10% de las especies establecen relaciones monógamas, y no es porque no quieran que sus crías lleguen a la adultez, sino que su naturaleza no les exige serlo. Los mamíferos se caracterizan por alimentar a sus crías con leche materna a través de sus mamas, lo que quiere decir que las hembras de la especie son las únicas que pueden alimentar a las crías durante sus primeras semanas o meses de vida. Además, el proceso de gestación en los mamíferos es relativamente largo, por lo que la unión del macho y la hembra durante el embarazo no tiene un sentido lógico.

Otra aspecto a considerar es el tiempo de producción de los gametos sexuales. Los óvulos son mucho más difíciles de producir que los espermatozoides, además que el embarazo y el periodo de lactancia inhiben la capacidad de reproducción de las hembras. Un macho puede preñar a todas las hembras con las que se aparee, pero una hembra sólo puede parir un par de veces al año cuando mucho (en especies con ciclos estrales monoéstricos o poliéstricos continuos, donde las hembras entran en celo varias veces al año o permanecen en celo durante todo el año). En el caso de la mayoría de los mamíferos, lo mejor para la especie es que los machos se esfuercen más por fecundar la mayor cantidad de hembras posible que por permanecer junto a una hasta que la cría nazca y se independice.

Hay especies de mamíferos que por diversos motivos establecen relaciones monógamas, la mayoría de ellas permanentes. Como ejemplos están los lobos, los gibones, las nutrias gigantes, los castores, los licaones, los chacales, los antílopes dic dic, las musarañas elefante y algunas especies de murciélagos.

En el caso de los lobos existe un macho y una hembra dominantes que por lo general son exclusivos sexualmente: los alfas. Estos conforman manadas jerarquizadas compuestas por sus crías y otros lobos que no se reproducen y ayudan en la caza y la crianza de los cachorros.

En los peces, anfibios y reptiles la monogamia es muchísimo menos común que en las aves y los mamíferos. Esto se debe principalmente a que la mayoría de estas criaturas son independientes desde el momento en el que nacen, por lo que el cuidado parental es escaso o nulo. De los limitados ejemplos se pueden citar a los peces payaso, los peces serrano pálido, los peces cíclidos convictos, los caballitos de mar, las ranas venenosas imitadoras, los escincos de lengua azul y los escincos de cola rugosa.

En los invertebrados la monogamia es casi inexistente. Contadas son las especies que siquiera cuidan de sus descendientes luego de que nacen, y en el caso de hacerlo, no se mantiene una relación monógama entre los progenitores. Como ejemplo representativo de invertebrado monógamo se tiene al Schistosoma mansoni, un gusano parásito que se caracteriza por aferrarse a una pareja sexual de por vida.

El por qué de la monogamia animal

Cuidado biparental

La cooperación entre ambos padres para buscar alimento, brindar protección contra depredadores y transmitir conocimientos aumenta la probabilidad de éxito reproductivo. Cuando ambos contribuyen en la crianza de la descendencia, esta tiene mayor oportunidad de llegar a la adultez y poder formar su propia familia, asegurando así la preservación de la especie.

Cuando las parejas son polígamas, el tiempo invertido en cada cría es menor porque hay muchas más crías que mantener. Tener una sola pareja garantiza dedicar todo el tiempo y la energía disponibles en cuidar a las crías en común.

Dimorfismo sexual

El dimorfismo sexual es el conjunto de variaciones fisionómicas que hay entre los machos y las hembras de una misma especie. Por lo general, los machos suelen ser más grandes, fuertes y llamativos que las hembras.

En el caso de los mamíferos y las aves, la monogamia es mucho más común en aquellas especies que no presentan dimorfismo sexual. Esto se debe a varios factores:

  • Cuando el macho es mucho más grande y fuerte que la hembra le es más fácil someterla y forzarla a copular.
  • Cuando los machos son mucho más grandes y fuertes, las hembras buscan agruparse con ellos para que las protejan de los depredadores.
  • En las especies donde el dimorfismo sexual es muy exagerado, los machos tienden a formar harenes. Tal es el caso del pavo real (con un plumaje mucho más llamativo que el de la hembra), el león (con una melena frondosa de la cual carecen las hembras) o los mandriles (con coloraciones mucho más vistosas en la cara y nalgas que las de las hembras).

No es coincidencia que en los castores, las nutrias gigantes, los licaones, los chacales, los antílopes dic dic, los gibones y las musarañas elefante no exista dimorfismo sexual.

Baja densidad poblacional

Cuando una población es muy escasa y/o está muy dispersa los machos y las hembras suelen emparejarse por proximidad. Establecer una relación monógama garantiza tener una pareja con la cual reproducirse, ya que buscar parejas nuevas cada temporada es muy complicado. Cuando una especie que no se caracteriza por ser monógama establece una relación de este tipo por este motivo, se denomina monogamia facultativa.

Evitar el infanticidio

El infanticidio es muy común es especies que forman harenes o grupos jerarquizados. Cuando llega un nuevo macho dominante, este suele asesinar a todas las crías que no son suyas para que las hembras entren en celo nuevamente, se apareen con él y pueda transmitir su material genético. Tener una pareja exclusiva evita el infanticidio.

Ciclos estrales poliéstricos estacionales

Hay especies en las cuales las hembras poseen ciclos estrales poliéstricos estacionales, lo que significa que solo se aparean en determinadas épocas del año. En estos casos, los machos se ven limitados por la receptividad de las hembras, por lo que es más probable que formen parejas monógamas y se dediquen al cuidado de sus crías.

Percepción del sexo

En las especies en las que el sexo se practica por placer y no sólo con fines reproductivos es muy común la promiscuidad. Los delfines y bonobos copulan por placer y no forman relaciones monógamas.

Monogamia en el ser humano

Está comprobado científicamente que los seres humanos no son monógamos por naturaleza. Más del 80% de los primates son polígamos, incluyendo a nuestro parientes vivos más cercanos, los chimpancés, bonobos y gorilas. Tenemos todas las características biológicas de las especies polígamas:

  • Somos mamíferos.
  • Presentamos dimorfismo sexual.
  • Tenemos una alta densidad poblacional.
  • Vivimos en sociedades jerarquizadas.
  • Las hembras de nuestra especie poseen un ciclo reproductivo mensual.
  • Somos de los pocos animales que practican el sexo por placer y no sólo con fines reproductivos.

La monogamia es popular en nuestra especie por cuestiones sociales, culturales, religiosas y económicas, no por instinto. El anhelo de una relación recíproca en donde la fidelidad sea un cimiento sólido es más una convención social que una necesidad biológica. El «felices por siempre» no es algo propio de nuestra especie.

Y es que Sigmund Freud decía: «todos somos polígamos reprimidos«.

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