Entrevista mixta: el futuro del periodismo

Publicado por admibio en

La tecnología, la globalización y la revolución comunicacional han hecho del buen periodismo un espécimen en peligro de extinción. La capacidad de documentar hechos o acontecimientos relevantes de forma sencilla e inmediata y el acceso a información ilimitada, desde cualquier parte del mundo y en cualquier momento, han desvirtuado la profesión; degradándola a simples «influencers» o corresponsales de «portales de noticias» llenos de información irrelevante, amarillista y carente de la singular esencia que otorgan el compromiso, la preparación y la experiencia.

Dado a que la competencia cada día es mayor y abunda el contenido erróneo, desinformativo, superfluo y tendencioso, es necesario que el periodista destaque entre la multitud con productos y materiales intelectuales de excelsa calidad. Para ello, estos deben contar no solo con fuentes confiables y una ortografía, redacción y edición impecables; sino también con cierta adaptabilidad, carisma, frescura y novedad.

En esta oportunidad nos centraremos en las fuentes, que aunque son necesarias para el correcto desarrollo de todos los géneros periodísticos, juegan un papel fundamental en el ejercicio del periodismo informativo (donde sustentan la totalidad de lo que se desarrolla). Por defecto, estas deben facilitar información veraz, precisa, detallada y verificable.

En el pasado, una fuente primaria, de origen y exclusiva otorgaba mucho valor agregado a una composición periodística. En un presente donde la inmediatez, fugacidad y consumismo rigen a las masas, poco o nada importa si el texto o material audiovisual es una creación original, una adaptación mediocre o una vulgar copia; al menos en lo que a rating y posicionamiento se refiere. Indudablemente, la situación empeoró con la popularización de ciertas redes sociales y la llegada de la inteligencia artificial, pues millones de herramientas y programas de generación de documentos y contenidos amenazan con acabar con el periodismo, o al menos eso se dice.

El buen periodismo, un arte sin duda, es aquel que enriquece al público. Ya sea a través de interpretaciones interesantes, opiniones que invitan a la reflexión o información imparcial, exacta y oportuna, el periodista debe garantizar que su trabajo impacte positivamente en la sociedad. Evidentemente, el objetivo no se está cumpliendo con la gran mayoría de los contenidos que circulan hoy en día.

Para hacerse notar en tan masivo flujo de «contenido basura», es necesaria la implementación de nuevas técnicas y herramientas. La entrevista, definida por numerosos autores como un subgénero del género periodístico informativo, es también una técnica de recolección de información. A través de cuestionarios y conversaciones entre dos o más personas, logra obtener datos u opiniones sobre un tema determinado

Existen varios tipos de entrevistas. Dependiendo del tipo de preguntas que se desarrollen, cómo se desarrollen y cuál sea su finalidad, podemos clasificar a las entrevistas según su objetivo o área de interés, según su estructura, según su número de participantes y según su modalidad o el medio que utiliza para llevarse a cabo. Es así como las entrevistas pueden ser informativas, laborales, clínicas, de competencia, de estrés, periodísticas y/o psicológicas; estructuradas, no estructuradas o mixtas; individuales, grupales o paneles de entrevistas; y presenciales, telefónicas, escritas o virtuales.

Enfoquémonos en las entrevistas mixtas o semiestructuradas, que son aquellas que combinan características de las entrevistas estructuradas y las entrevistas no estructuradas. Permiten al entrevistador formular ciertas preguntas predeterminadas y ciertas preguntas espontáneas, amenizando y dinamizando el ambiente y posibilitando la profundización en temas de interés, la repregunta, la fácil interpretación y el análisis comparativo.

Ahora, evaluemos la utilidad de este tipo de entrevistas para el periodismo actual. Comencemos por resaltar que son un método accesible, efectivo, versátil y dinámico que posibilita obtener la información necesaria para desarrollar ejemplares de calidad de cualquier género periodístico. Al ser mixtas, proporcionan datos exactos que el entrevistador sabe con anterioridad que son relevantes; al mismo tiempo que le permite profundizar aspectos que evalúe apropiados.

Ambos participantes pueden extenderse en la medida en la que lo consideren oportuno, evidenciar sus facultades y adaptar el diálogo según sus necesidades y el contexto, sin dejar de abordar los puntos más importantes del tema. Al propiciar una ambiente ameno y semiformal, resultan atractivas y entretenidas para un público amplio y al no estar completamente estandarizadas, aportan elementos frescos y novedosos que facilitan y diferencian el trabajo del periodista.

Basados en lo argumentado anteriormente, podemos llegar a la conclusión de que entre todos los tipos y subtipos de entrevistas, el más recomendable para el buen periodista moderno es la entrevista mixta o semiestructurada. Pone al alcance del comunicador fuentes, en el mejor de los casos, especializadas, primarias, de origen y exclusivas. Por supuesto, queda a criterio y responsabilidad del periodista la correcta selección de su entrevistado; pues factores como la personalidad, la oratoria, el grado de instrucción, la edad, el sexo, la cultura, el estatus y el contexto de quien se expone voluntariamente al interrogatorio contrastarán de cierta forma con el contexto y el tema que se busca abordar. Por supuesto, un buen periodista sabrá hacer lo necesario para obtener los mejores resultados y así poder destacar y dar a conocer su trabajo en un mundo que gira cada vez más rápido.